lunes, 23 de noviembre de 2009

El vídeo del Mulhacén

Aquí os dejo con el vídeo la ascensión del Mulhacén que está descrita en el post anterior. Este es el que he hecho yo, pero Jan, uno de mis compañeros, también se llevó su cámara de vídeo y ha subido otro que no tiene desperdicio, lo podéis ver aquí.


P.D.: Gracias a José Solera por mandarme en un CD las fotos que han ilustrado la crónica del post anterior.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Mulhacén desde Capileira

Esta vez sí que no me lo creo, nos hemos vuelto a quedar dormidos. Lo peor de todo es que en esta ocasión no puedo llegar tarde. He quedado a las 9:30 de la mañana en Capileira con un guía que todavía no conozco, sólo he hablado con él por Internet. ¡Y con él quiero subir otras montañas, no me va a acompañar más! Son más o menos cuatro horas de viaje y ya son más de las cinco. Desayunamos muy rápido, no hay tiempo que perder.

Por suerte y sin parar mucho durante el viaje llegamos a Capileira en tiempo record. Pronto localizamos el hotel donde hemos quedado y todavía quedan veinte minutos. No pasa nada, me voy a dar una vuelta por el pueblo, típico de la Alpujarra con sus casitas blancas y calles estrechas. Me grabo explicando que está vez sí que voy a subir el Mulhacén, veo y grabo a una señora muy mayor subiendo cuestas con bolsas, bebo de una fuente sin ver que hay un cartel que dice "Agua no potable"...

Me llamó bastante la atención la cantidad de cuestas que había, vengo de La Mancha, no estoy acostumbrado a estas Sierras. No se me ocurre otra cosa que empezar a correr, pensé que sería bueno "para calentar", pero, de verdad, no os aconsejo subir cuestas corriendo sin estirar y después de estar sentado muchas horas en el coche. ¡Cómo queman las cuestas!

De repente suena mi móvil, ¡están todos esperándome en el bar donde hemos quedado! Muy bien, siempre liándola, ahora me he perdido. No tengo ninguna referencia, es la primera vez que visito este pueblo y, la verdad, me he alejado bastante sin pensar mucho cómo iba a volver. No pasa ni media, estoy más cerca de lo que creía. En seguida me oriento y llego en cinco minutos al bar. Efectivamente, allí están todos:

― Hola, ¿Jon?
― Sí, soy yo.
― Vale, pues yo soy Pablo.
― ¡Hombre Pablo, encantado de conocerte!

Jon va a ser mi guía, lo conocí por Internet, tiene una página web. Pero no vamos a subir nosotros dos solos. Hablamos de la ruta que vamos a seguir y que en estas mismas fechas el año pasado todo estaba cubierto de nieve, nada más salir del pueblo ya había que ponerse los crampones. Este año no hay nada de nieve, nevó un poquito justo el día que intentamos subir dos meses atrás por la Vereda de la Estrella y duró poco

El guía me presenta los que van a ser mis compañeros, en total somos ocho. Me dice el nombre de todos, pero se me olvidan a los dos segundos, soy muy malo con los nombres. Me presento yo también y nos vamos. Cogemos el coche hasta llegar a un aparcamiento, estamos en la Hoya del Portillo. Aquí hay un control de vehículos que sólo deja entrar a los autorizados (guardas del Parque, el personal del Refugio...), la única manera de seguir para nosotros en andando.

Comprobamos que no nos falta nada en la mochila y nos metemos en una senda entre pinos que, aunque no tiene apenas desnivel positivo, bien sirve para despertar un poco las piernas. Cruzamos un cortafuegos y nos topamos con el Centro de Interpretación de Altas Cumbres, que no es otra cosa que un lugar lleno de carteles que te explican algo sobre las montañas que allí ves justo en frente. Desde aquí vemos la curiosa forma del Veleta y el Mulhacén II, la "cima secundaria" del techo de la Península.

Continuamos por un camino pedregoso y sin árboles. Yo siempre voy el primero con Jon y Antonio para oír sus conversaciones. Al poco tiempo llegamos a un vértice geodésico. Si no fuese porque unos días antes habíamos hablado sobre ellos en clase de Matemáticas, para mí eso no sería más que un "mojón de cemento". Ahora mismo estamos a 2.578 metros y esto se llama Prado Llano.



Siguiendo una loma pedregosa llegamos finalmente a un camino bien marcado, se trata de la carretera más alta de Europa. Ésta asciende al mismísimo Pico Veleta, a 3.365 metros, y es bastante antigua: data de 1935, en plena Segunda República. Aquí el paisaje sin ser excesivamente bonito es brutal, algunos comentan que les recuerda a las altas planicies de los Andes, donde hay montañas de más de 6.000 metros.

Cuando llegamos al Mirador de Trevélez (Alto del Chorrillo, 2.727 m.) decidimos parar a comer algo. Hace bastante viento decidimos sentarnos en un sitio resguardado bajando unos metros la Loma de los Peñoncillos. A la izquierda vemos un núcleo de casas blancas, se trata de Trevélez, donde el jamón. Al fondo vemos correr unas cuantas cabras y a nuestras espaldas ya podemos ver uno de los caminos de ascenso al Mulhacén. Con este panorama cada uno se saca sus respectivos bocadillos y empezamos a comer.



Retomamos la carretera más alta de Europa y, sin dejarla, vemos a lo lejos una casa: ¡el Refugio de Poqueira! Del viento frío tengo el moco colgando y Ester (entonces no me acordaba que se llamaba así) me ofreció unos pañuelos, que se los cogiese de la mochila. Pillo sólo uno, aunque ella insistía en que me quedará con unos cuantos. Más tarde, a la hora de limpiarme el culo, me arrepentí de no haberle hecho caso... desde entonces os aseguro que no salgo al campo sin un paquete de pañuelos en la mochila.

Cuando llegamos al Refugio nos recibe un gato precioso con muchísimo pelo para cobatir el frío. Jon nos dice que hemos llegado mucho antes de lo esperado. Es el más utilizado de Sierra Nevada dado a que no podía estár mejor situado para subir el Mulhacén.

Aquí la vuelvo a cagar, para alojarnos tenemos que dar en "recepción" nuestro D.N.I. y yo no encuentro el mío, ¡se me ha olvidado! Me dicen que le diga por lo menos el número, pero tampoco me lo sé. Intento llamar a mis padres con el móvil para preguntárselo pero no tengo cobertura... voy bien apañao. Por suerte hago reír a la "recepcionista", que tenía una cara bastante seria, y consigo alojarme diciendo sólo donde vivo.



Para subir a las habitaciones nos tenemos que poner unas zapatillas de goma frías y bastante incómodas. A mi me están muy grandes y bromeamos diciendo que esto es lo que se ponen en Guantánamo. Subimos al piso de arriba con estas zapatillas y dejamos en unas taquillas nuestras mochilas.

Estaba grabando un poco el refugio separado del resto del grupo cuando Jon me dice si me apetece escalar un poco, que me estaba buscando. Creía que estaba bromeando, pero me lleva a un mini-rocódromo en la pared del refugio con el resto del grupo. Allí pasamos un buen rato con un juego que nos propuso Jon: una persona hace dos movimientos, luego otra tenía que hacer los mismos y añadir otros dos... y así todo el tiempo. Con ese juego descubrí que se me da fatal la escalada.

Cuando anocheció la temperatura bajó bastante. Nos metimos todos rápidos dentro del Refugio y con Coca-Cola y unas palomitas cortesía de la casa nos pasamos el resto de la tarde hablando y hojeando unas revistas de montaña que había en el Refugio.

Cuando quedaba poco para cenar me empiezo a marear, no digo nada y me voy al servicio. Allí me hecho agua fría por la cara y me siento tranquilo, parece que así se me pasa un poco. Vuelvo a bajar al comedor y empezamos a cenar. A mi de repente me empieza a dolor la barriga y la cabeza. Digo lo que me pasa en voz alta y decido dejar la cena e irme a acostar.

Subo las escaleras hasta las habitaciones tambaleandome con Jon. Pasamos la noche en una especie de literas donde en cada piso dormimos cinco personas. Pongo mi saco de dormir fino encima y empiezo a dormirme. Jon me dice que probablemente sea de los nervios, que no me preocupe porque mañana voy a estar recuperado para hacer cima. Me deja y me recomienda que descanse.

Al ratillo sube Ester, es muy maja conmigo y me ayuda a acomodarme. Ella pone el su saco al lado del suyo aprovechando que ahora estoy despierto, no quería molestarme cuando estuviese dormido y el resto del grupo subiese a dormir. Se despide y vuelve a bajar con el resto.

Aunque había madrugado una barbaridad para estar en Capileira a las 9 de la mañana y hoy hemos hecho unos 8-9 km., 500 metros de subida y 250 metros de bajada (aprox.), me cuesta dormirme. Siempre tardo mucho, aunque esté muy cansado. Por eso estuve disfrutando durante un buen tiempo el festival de pedos que se traían otros grupos en otras habitaciones... ¡no sabían que les estaba oyendo!

Al día siguiente me despierto genial. Guardamos los sacos de dormir en sus fundas y a mi, como siempre, me cuesta mucho trabajo. He sacado y metido muchos sacos, pero nunca me acostumbraré. Una vez más me vuelve a ayudar Ester.

Bajamos a desayunar... menos mal porque yo tengo mucha hambre, hace mucho que no como. La verdad es que para ser un refugio de montaña hay muchísima variedad. Puedes desayunar casi de todo y todo lo que quieras, ¡es un buffet!

Me preparo unas cuantas tostadas de aceite de oliva, mi desayuno favorito, y cuando me las voy a comer me doy cuenta que no puedo. No me preguntéis porque pero todo se me hacía una bola. Con mucha agua pude comer algo, pero no sacio mi hambre del todo.

Quitamos peso de la mochila para quedarnos solamente con lo necesario y comenzamos la subida al Mulhacén. Ya no hay marcha atrás, cuando vuelva quiero hacerlo con el Mulhacén coronado. Al salir del Refugio giramos a nuestra derecha en dirección oeste. En pocos minutos nos introducimos en el barranco del río Mulhacén y, después de una parada técnica para ponerse o quitarse las capas que veamos conveniente, empezamos a remontar su cauce.

El otro día estuve comentando que me gustaban mucho los pájaros, por eso Jon me dice que en más de una ocasión ha visto algún ejemplar de Mirlo-acuático Europeo por aquí. Es un pájaro que me encanta, ¡se alimenta de insectos que caza mientras que bucea! Su sangre aporta más oxígeno que la de la mayoría de las aves, lo que les permite permanecer bajo el agua hasta 30 segundos. Me pasé todo el recorrido atento por si veía alguno, pero no tuve suerte.



Proseguimos el camino sin problemas. Subimos a buen ritmo, conseguimos adelantar a una pareja que había salido del Refugio mucho antes que nosotros. El suelo en su mayor parte está cubierto por la Estrella de las Nieves, endemismo (sólo se puede ver en Sierra Nevada) símbolo del Parque Nacional. Crece exclusivamente por encima de los 2.000 m en suelos pedregosos y humedos.



Así llegamos al Refugio-vivac de la Caldera que está a unos 3.050 m, al lado de una laguna con el mismo nombre. Encontramos la laguna con su superficie totalmente helada, pero no le hago mucho caso porque estamos al pie de la cara oeste del Mulhacén. Ya sólo nos queda remontar esa loma y nos plantaremos en el techo de la Península.

En el refugio nos encontramos con un japonés sentado en una esquina. Dice que se encuentra muy mal y que el resto de su grupo ha tirado para el Mulhacén. ¡Le han dejado solo! Probablemente se encuentre afectado por el mal de altura, estamos a más de tres mil metros y, aunque no es muy común que suceda, puede surgir a partir de los 2.400 metros.

Paramos a comer algo y vemos otro fenómeno relacionado con la altitud: las bolsas de comida estaban muy hinchadas. Esto es debido a que con el aumento de la altura disminuye la presión atmosférica, probablemente habían sido envasadas a nivel del mar.



Subimos por la loma oeste del Mulhacén lo más pegado al borde de ésta. Aunque es un poco más duro, las vistas bien merecen la pena. Las caras norte de la Alcazaba (3.366 metros) y el Mulhacén verdaderamente impresionan. Decidimos para un momento y hacernos una foto todo el grupo delante del Mulhacén.



¡Por fin llegamos al Mulhacén! Estamos a 3.482 metros de altura, la segunda cumbre más alta de España tras el Teide. Las vistas son magníficas: todos los tresmiles de Sierra Nevada, la Vereda de la Estrella cubierta de nubes, el Mediterráneo... incluso la cordillera del Atlas, en Marruecos.

Grabo hasta que se me acaba la batería. Estoy muy feliz. Jon se encarga de hacernos las fotos cimeras. Las dos únicas chicas sacan la bandera de Cataluña y, aunque no había ningún catalán más, nos hicimos todos las fotos con ella.

En la cima todavía quedan unas pequeñas edificaciones que sirvieron de refugio en 1879 a unos geodesistas que trabajaron en el enlace de las redes geodésica de Europa y África. Aquí hay otro mojón de esos, y éste parece ser muy importante.



La bajada la hacemos por otro camino para alcanzar el Mulhacén II o falso Mulhacén (3.368 m). Hasta aquí todo bien, pero la cosa empezó a empeorar. Había desayunado muy poco porque todo se me hacia bola y ahora empiezo a tener mucha hambre. No tenía nada en la mochila, por no llevar mucho peso apenas me había traido víveres.

Baje bastante mal hasta el Refugio de Poqueira, allí comiendo de lo que me daban mis compañeros conseguí recuperar fuerzas. Me comí unos cuantos sándwich y seguimos con la bajada. Ahora vamos por otro camino distinto por el que subimos. Éste me gusta mucho más, las vistas son más espectaculares, la luz era preciosa, había Cabras Montesas por todos lados...

Hoy hemos hecho 1.050 metros de subida, 1.350 metros de bajada y unos 18 kilómetros. Con la luz anaranjada llegamos al bosque de pinos que, tras cruzarlo, llegaremos al aparcamiento donde dejamos los coches. Antes de meternos nos paramos y hacemos una foto de grupo, la última foto.



Terminaria esta crónica diciendo algo bonito haciendo referencia a lo bien que me lo he pasado, pero no es mi estilo. Sinceramente os digo que esto ha estado "guapismo"... ¡Habrá que repetir!

lunes, 14 de septiembre de 2009

El vídeo del intento del Mulhacén

Bueno, pues aquí tenéis el vídeo de nuestro intento fallido. Si queréis saber más cosas sobre esta misma salida, no tenéis más que leer el anterior post:

domingo, 13 de septiembre de 2009

Mulhacén por la Vereda de la Estrella

Estoy en mi cama de Manzanares. Me levanto y veo el despertador... ¡nos hemos dormido! No me lo puedo creer (bueno, en realidad sí), despierto a los demás, desayunamos cuatro cosas y cogemos el coche corriendo. Nos esperan cuatro horas de viaje desde Manzanares hasta Capileira, menos mal que son amenizadas con la música de "Canal Fiesta Radio", la radio musical de Andalucía (siempre que bajo de Despeñaperros es lo único que oigo).

Después de cuatro horas cantando en el coche, llegamos a Güéjar-Sierra (1.080 metros), un pueblecito con casas blancas y lleno de cuestas que me quedé con ganas de visitarlo. Cruzamos cuatro calles y nos perdemos, no pasa nada, preguntamos al primero que pase: un tío ya entrado en años con su burro. Localizamos al poco tiempo la carretera que nos llevará al inicio del itinerario gracias a las indicaciones del hombre y creemos que nos hemos equivocado, estamos en una carreterilla muy estrecha y con una impresionante caída por un precipicio a un lado. Hay carteles por todos lados que confirman nuestros temores: "Carretera muy peligrosa".

Seguimos en el coche. En un principio teníamos pensado hacer este camino andando, pero son ya las once de la mañana y deberíamos haber llegado aquí a las ocho, ¡tres horas antes! De esta forma nos ahorramos andar siete kilómetros. Cruzamos varios túneles del antiguo tranvía de Sierra Nevada, que hace años pasaba por donde vamos ahora, y llegamos hasta el Restaurante Chiquito, donde empezamos a andar.

Cuando paséis por aquí fijáos bien en el cielo porque hay varias colonias de Avión Roquero, pero tampodo perdáis de vista el río porque allí os esperan Lavanderas Blancas y Cascadeñas, Petirrojos y otras aves ribereñas.



Hacemos algo más de un kilómetro andando a las orillas del mismo río que desde la carretera veíamos, el río Genil, y llegamos al verdadero inicio de la Vereda de la Estrella. Se trata de un itinerario característico de Sierra Nevada y que seguiremos hasta su fin para luego coger senderillos que nos lleven al techo de la Península Ibérica, el Mulhacén (3.482 m). Ese es nuestro objetivo. Dicen que de las posibles subidas al Mulhacén, ésta es la más dura, y nosotros lo vamos a intentar. Estoy muy motivado y he estado preparando todo esto durante muchas semanas.

Nada más empezar el camino se vuelve un poco pesado, todavía estamos en frío y hay bastantes cuestas que superar, una detrás de otra. Estamos en el Barranco de San Juan y a 1.500 metros de altitud, es decir, todavía nos quedan casi 2.000 metros de desnivel positivo.

Vemos a bastantes senderistas y todos vuelven, hemos llegado muy tarde. Caminamos todo el tiempo al lado de un río que casi apenas lo vemos: el camino pasa por lo alto de un barranco donde está encajonado dicho río y hay mucha vegetación. Aunque eso sí, siempre oímos el agua, aquí los saltos tienen que ser muy abundantes. Luego confirmo con el mapa que sigue tratándose del río Genil.

Al poco tiempo vemos justo en mitad del camino un zurullete de vaca, le clavo un palo en el medio y empezamos a grabar. No me juzguéis mal, estoy acostumbrado a ver boñigas de vaca, pero ésta es enorme y sí, soy un tío muy guarro. Mientras que me graban digo "Esto, en vez de ser un camino de cabras, es un camino de vacas...", ahora que estoy viendo el vídeo me estoy arrepintiendo de decir un chiste tan malo.



Estamos rodeados de una arboleda bien conservada de Fresnos, Castaños, Quejigos, Encinas, Robles y Arces. El camino se vuelve de pronto muy fácil, aunque poco a poco vamos ganando desnivel ahora es prácticamente llano. Aún así vamos muy despacio porque estamos grabando todo lo que encontramos (¡hasta los excrementos de las vacas!). Tardamos mucho tiempo en llegar a "El Abuelo", un castaño centenario que verdaderamente impone.

Aquí nos paramos cinco minutos a descansar y comer algo, me quito la mochila y me encuentro con que tengo la espalda to' sudá por el contacto con la mochila... ¡Y eso que yo nunca suelo sudar mucho! Me la ajusto mejor y nos refrescamos para recuperar el líquido que hemos perdido. Sacamos nuestra comida "súper técnica", un bote de Pringels y unas latas de isotónica de la marca del Mercadona, y una vez hemos cogido fuerzas nos vamos.



A partir de ahora de vez en cuando el camino es cruzado por pequeños arroyos que todavía siguen llevando su poca agua a pesar que ya ha pasado mucho tiempo desde el deshielo de las cumbres. Por aquí revolotean muchas mariposas y yo me quedo embobado con cada una de ellas porque he leído que en Sierra Nevada hay muchas especies endémicas, que sólo se pueden ver aquí. Por mucho que me fijo no logro indentificar ni una, no sé mucho sobre mariposas.

Llegamos a un puente que cruza el río Guarnón, un buen sitio para hacer otra parada. A lo lejos se ve el Veleta (3.394 metros). Nos empezamos a preocupar, la cima no se ve: está totalmente cubierta de nubes. Es la cuarta montaña más alta de España, pero es más conocida por ser la que aparece en la etiqueta de las botellas de Lanjarón. En la cara opuesta a la que estamos viendo es donde voy a esquiar todos los años. Sentados en una roca a la orilla del río nos encontramos con un grupo comiendo, se van pronto y decidimos imitarles. Sacamos nuestros bocadillos y empezamos a zampar.

El cielo cada vez está más nublado y de repente empieza a llover... ¡vaya panorama para subir el Mulhacén! Donde deberíamos ver las cimas de Sierra Nevada sólo vemos nubes. Aceleramos el paso y llegamos a una piedra bastante grande con un agujero bastante expuesto a la intemperie y lleno de mierdas excrementos de vacas, ¿es esto Cueva Secreta? Por suerte nos volvemos a encontrar con el grupo que estaba comiendo en el río y nos informan que no: que todavía nos queda un buen trecho. Ellos van hacia allá y nos ofrecen acoplarnos a su grupo.

El tiempo está muy inestable, empieza y deja de llover cada cinco minutos. Con nuestros nuevos amigos llegamos a la parte más bonita del itinerario. Antes apenas veíamos el río, pero ahora estamos caminando por la misma orilla. Me encantan los ríos y este es muy fotogénico. Hay huellas de cabras, zorros y jabalíes que vendrán todas las noches a beber agua.



Durante todo el camino no habíamos visto casi ningún ave, aquí me paro a cada paso que doy para mirar con los prismáticos. Llego a ver Herrerillo Común, Colirrojo Tizón, Mirlo Acuático, Carbonero Común, Mirlo Común, Lavandera Cascadeña y Acentor Común.

«Mira Pablo, allí tienes unas cuantas cabras», me dice uno de los otros. Las miro con los prismáticos y no me parecen Cabras Montesas, aunque no digo nada. Me alejo un poco del grupo y digo grabándome con el micrófono de la cámara lo que pienso, que más bien parecen Gamos (aunque he visto en el "Atlas de los mamíferos terrestres de España" que por aquí no hay de eso).

Veo a otro del "grupo de los otros" (así es como los llamamos en honor a la serie Lost) coger agua del río con una botella y luego se la bebe.

― ¿No es peligroso beber agua del río?
― Hombre, yo siempre que vengo lo hago y aquí estoy, ¿no?

Otra vez no digo nada. Yo por si acaso prefiero recoger agua de los manantiales que por aquí están por todas partes. Eligo uno en el que cae poca agua, pero gotita a gotita lleno mi botella que ya estaba vacía.


Por fin llegamos a la zona de Cueva Secreta, los otros, con los que nos hemos encontrado, empiezan a montar sus tiendas de campaña. Al ver que no tengo tienda se sorprenden y nos llegan a ofrecer dormir entre tienda y tienda para que no nos pegue tanto el viento, que ahora que se acerca la noche es bastante frío. Incluso algunos me ofrecen dormir dentro de sus tiendas junto a ellos. ¡No, si al final va a ser cierto que la montaña es compañerismo! Opto por la opción de dormir entre tienda y tienda. No quería dormir dentro de las suyas, no hay apenas espacio y no quiero resultar un estorbo para los demás.

Pero la tarde avanza y el sol ya no calienta tanto la atmósfera, comienza a hacer realmente mucho frío. No aguanto más, decido ir a buscar Cueva Secreta para pasar allí la noche a pesar de que nos han contado que aquello está lleno de pulgas y mierdas de animales. Además, el cielo está muy gris, pronto va a empezar a llover.



¡Encuentro Cueva Secreta! Subo una ladera bastante empinada y veo un agujero grande en una roca donde alguien ha escrito con letras en mayúsculas y rojas "Cueva Secreta". Dentro está todo muy oscuro. Con la luz de la frontal veo que todo está, efectivamente, lleno de excrementos de cabra. Al fondo hay un altillo de piedra más o menos liso con un plástico también lleno de excrementos. Allí tenemos que poner los sacos.




Intento dormir fuera, justo al lado de la "puerta" de Cueva Secreta para entrar dentro solo si llueve, pero no hay manera. Al final termino en ese altillo. Os confirmo que el Hotel Palace no es, pero me acostumbré. Ceno poco por si acaso el tiempo nos dejaba subir el Mulhacén al día siguiente (hay que reservar provisiones para la parte más dura) y me voy a la "cama" pronto. Me duermo en seguida pensando en lo cómodo que estarán los otros en sus tiendas de campaña.



Al día siguiente el panorama amanece incluso peor. Solo durante cinco minutos podemos ver las impresionantes caras norte de la Alcazaba y el Mulhacén, que junto con el Veleta conforman los tres gigantes de Sierra Nevada. Toda la cota 3.000 estaba cubierta de nubes que amenazaban tormentas y no nos podíamos arriesgar, si llueve por ahí arriba nieva. Fue entonces cuando tuvimos que tomar la siempre dura decisión de no hacer cumbre, de marcharnos por donde habíamos venido.



Hay que saber abandonar cuando el tiempo no es bueno. Y menos mal que así lo hicimos, al parecer la Guardia Civil estaba evacuando a los senderistas que andaban por las cumbres. Esta temporada se han adelantado un mes las primeras nevadas, al día siguiente muchos periódicos digitales y en algunos informativos dieron la noticia. La página web de la famosa revista de montaña Desnivel, también dio la noticia: Sierra Nevada hace honor a su nombre.

domingo, 23 de agosto de 2009

Salinas de Santa Pola

Este fin de semana he estado en Torrevieja (Alicante). Como manchego aficionado al submarinismo me gusta mucho la playa, pero la de Torrevieja... hay demasiadas personas (pa' salir por la noche a conocer gente no está mal), hace mucho calor (y encima es ese típico "calor pegajoso" que caracteriza las zonas cercanas a la costa) y hay que reconocer que aquello está un poco guarro y, por qué no decirlo, destartalado. Mis abuelos compraron un piso cuando aquello era un pueblecito de pescadores y allí sigue.

Hoy por la nos levantamos al amanecer y nos vamos al Parque Natural Salinas de Santa Pola, con pensamiento de visitar luego el Parque Natural de las Lagunas de La Mata-Torrevieja. Sin viento apenas, cielo despegado y con calor "pegajoso" llegamos a la torre vigía de Tamarit por la N-332. a las 8:20. Aquí nos paramos, ponemos el telescopio y empezamos a contar aves:

Cigüeñuela Común: 2 ind.
Tarro Blanco: 1 ind. joven
Somormujo Lavanco: 4 ind.
Flamenco Común: cerca de 300 ind.
Gaviota Patiamarilla: muchas (cerca de 30 ind.) y de varias edades
Aguilucho Lagunero Occidental: 1 ind. volando a lo lejos
Avoceta Común: 15 ind. volando juntas
Garza Real: 1 ind.
Garceta Común: 3 ind.
Charrán Común: 1 ind. pescando

Después nos vamos a desayunar a Santa Pola y visitamos el centro de visitantes del Parque. Mientras que esperamos a que lo abran vemos las aves de una pequeña charca aledaña a éste, donde hay mucha Focha Común, Zampullín Cuellinegro, 2 Fumareles Cariblancos, 1 Flamenco Común y Cigüeñuela Común. Hacemos una breve visita al Museo de la Sal y nos dicen de un itinerario que está bastante bien y donde hay muchas aves, el de la Playa del Pinet.

Empezamos el itinerario teniendo a un lado de unas antiguas balsas hoy en desuso para la explotación pero que mantienen el circuito del agua y en el otro los Pinos Carrascos inmovilizando las dunas que no nos dejan ver el cercano mar Mediterráneo. Llegamos solamente hasta el segundo observatorio, son las 10:15 y según el termómetro del coche hay 36 ºC. Aquí hay mucha Gaviota Picofina, Gaviota Reidora y Gaviota Reidora. Las aves que vemos son:

Aguja Colinegra: 22 ind.
Garceta Común: 3 ind.
Charrancito Común: 1 ind. pescando
Canastera Común: 7 ind. solitarios y un grupo de 31 ind.
Cigüeñuela Común: 8 ind. (algunos nacidos este año)
Charrán Común: 6 ind.
Chorlitejo Chico: 4 ind.
Chorlitejo Patinegro: 2 ind.
Avoceta Común: 5 ind.



P.D.: Os habréis fijado que no hay ninguna foto acompañando... se nos olvidó la cámara de fotos.

jueves, 6 de agosto de 2009

La Veguilla

Hoy, con algunas nubes en el cielo y viento de más, he visitado La Veguilla. Para acceder a la laguna hay que dirigirse en coche a la salida de Alcázar de San Juan y antes de tomar la carretera N-420 hacia Herencia, nos desviaremos a la estación depuradora "Aguas de Alcázar". Nos encontraremos al poco tiempo con una puerta, normalmente cerrada, que no permite el paso de vehículos pero sí el de personas. Dejaremos aquí el coche (junto a un merendero de La Ruta del Quijote) y caminaremos un poco hasta encontrarnos con la laguna. A nuestra derecha está el Centro de Visitantes y un camino que nos llevará a un observatorio bastante interesante desde donde se puede ver la parte derecha de la laguna. A la izquierda un corto camino nos llevará a varios observatorios desde donde podemos otear el resto de la laguna, cogemos éste último. Como decía en el anterior post dedicado a esta laguna: la depuradora vierte el agua a La Veguilla, pero se corta el flujo en verano de modo que esta laguna es estacional. Ahora mismo solamente quedan algunos charquillos, en los que la vida todavía bulle.



Son las 20:30. En el primer observatorio (desde donde se puede ver un impresionante dormidero de Garcilla Bueyera practicamente al lado y, además, la observación de Malvasía Cabeciblanca está asegurada) ponemos el telescopio y empezamos a contar aves. Pronto aparecen juveniles de casi todas las especies que con más frecuencia se pueden ver desde este primer observatorio: Zampullín Común, Flamenco Común, Ánade Azulón, Focha Común, Gallineta Común, Porrón Común, Pato Colorado, Malvasía Cabeciblanca... En cuanto a lo que se refiere a limícolas, vemos mucha Cigüeñuela Común, Avoceta Común, Avefría Europea, un buen número Correlimos Comunes y Zarapitines picoteando y sondeando el fango, Andarríos Chico, Combatiente y Aguja Colinegra.



Tras pasar un segundo observatorio llegamos a un altozano desde donde se puede ver casi toda la laguna. Todo lo que veíamos desde aquí hace apenas una semana estaba totalmente inundado, ahora sólo quedan algunos charquillos. Vemos algunos ejemplares juveniles de Tarro Blanco y de Gaviota Reidora, no más de dos Cigüeñas Blancas y limícolas de las mismas especies que antes. Ya casi no hay luz y pasan dos Garzas Reales volando a lo lejos, ya es hora de irse.


sábado, 25 de julio de 2009

Laguna Conceja

Hoy nos hemos ido a las Lagunas de Ruidera. He hecho parte de la "Ruta de la laguna Blanca", itinerario del que ya hablaré sobre él más detalladamente en otra ocasión. No hace apenas viento, el cielo está despejado y la temperatura es muy alta, llegamos hasta los 37 ºC.



Ando en un paraje inmejorable, a la izquierda el "Refugio de Fauna de Era Vieja" y a la derecha los preciosos reflejos de la laguna Conceja. En el agua veo Somormujos Lavancos con sus crías (ya bastantes creciditas), Fochas Comunes y Ánades Azulones. Durante todo el recorrido me acompañan los Conejos (muchos de ellos nacidos este mismo año, gazapos), Perdices Rojas, Palomas Torcaces, el sonido de los Abejarucos Comunes, Abubillas, Oropéndolas, Rabilargos, Mirlos Comunes, Urracas, Currucas Carrasqueñas, Pico Picapinos... Un saltamontes (todavía no sé de qué especie) estuvo bastante tiempo agarrado a mi pantalón y, claro, teniendo cámara en mano, le hice una foto:



Cuando ya estoy más o menos en el final de la laguna, en una parte que está casi toda cubierta de vegetación palustre (carrizo, espadañas y juncos), me salgo del camino un poco para subir (también un poco) el monte de encinas, romeros, sabinas... Hago esto por una razón, aquí nidifican muchas especies de aves y desde cierta altura podemos ver muchas que nos perderíamos si nos quedamos en el camino, la vegetación palustre aquí es muy densa. Pude ver los vuelos de un joven de Garza Imperial, me hizo bastante ilusión porque unos meses antes en este mismo sitio y de la misma forma pude ver las cópulas de dos adultos. También disfruté de los siempre impresionantes vuelos de los Aguiluchos Laguneros Ocidentales, todos los años crían por aquí varias parejas (el año pasado lo hicieron 2 pp. y este año estoy casi seguro que lo han hecho 3 pp.). En lo poco de agua que deja ver la vegetación palustre me sorprendió ver un pequeño Zampullín Común. Pude hacer una foto a un Aguilucho Lagunero Occidental con la técnica del digiscoping (vamos, enchufar la cámara al telescopio), pero no me salió muy bien:



Se acerca la noche, ya está oscureciendo y mi padre viene con el coche. Oigo al Autillo Europeo en el monte y una Gallineta Común en el agua. De vuelta vemos a los Chotacabras Pardos, que deslumbrados por los faros del coche se quedan quietos en el camino. Vemos bastantes, incluso más que otros años, pero no les podemos hacer ni una foto (otras veces les hemos hecho hasta impresionantes primeros planos). La temperatura ha descendido bastante, ya estamos rondando los 20 ºC.

jueves, 23 de julio de 2009

La Veguilla

En las afueras de Alcázar de San Juan existen tres lagunas (La Veguilla, Camino de Villafranca y Las Lleguas) que conforman la "Reserva Natural del Complejo lagunar de Alcázar de San Juan". Son lagunas de origen exógeno cuyos vasos están situados en una antigua difluencia fluvial. Quizás la más interesante para el ornitólogo sea la de La Veguilla, que es una laguna estacional que se llena con el agua de la depuradora (que está al lado y que hace que el agua de la laguna sea menos salina permitiendo el desarrollo de una abundante vegetación palustre), aunque actualmente se corta el flujo en verano para mantener el ciclo de este ecosistema.



Hoy he visto en el foro de "[lamanchaaves]" un mensaje de Mª José Valencia, decía que en las lagunas de Alcázar de San Juan había entre aprox. 800 Flamencos Comunes tres Flamencos Enanos, algo más de 200 Agujas Colinegras y un Archibebe Oscuro. Me apetecía mucho visitar la laguna, hacía bastante que no iba y hasta allí me he ido esta tarde.

Lo peor es que mi padre tenía mucho trabajo y hemos salido bastante tarde. Llegamos sobre las 21:15, con el cielo despejado, algo de viento y bastante calor. Primero visitamos la laguna de La Veguilla. Nos paramos en el primer observatorio, desde donde se ven unos tarayes que son utilizados por las Garcillas Bueyeras como dormidero. Desde aquí vemos varias Malvasías Cabeciblancas, Zampullín Cuellinegro y Común, Flamenco Común, Focha Común, Ánade Azulón, Gallineta Común, Cigüeñuela Común, Combatiente, Cuchara Común, Andarríos Chico, Archibebe Común, Avoceta Común... Nos entretemos bastante, por un momento olvido que he venido para ver el Flamenco Enano.



Cuando ya el sol está rozando el horizonte llegamos siguiendo el mismo camino que hemos cogido a un lugar donde se puede apreciar buena parte de la laguna. Pero me asomo por el telescopio y lo que veo es precioso: la luz de los últimos rayos del sol prestaban su color dorado al agua, agua donde Cigüeñas Blancas y Flamencos Comunes (y quizás entre ellos los Flamencos Enanos) tenían pensado dormir. Acoplé corriendo la cámara de fotos al telescopio y me pasé todo el tiempo hasta que se fue la luz haciendo fotografías, no conseguí los colores que quería ni ví al Flamenco Enano, pero pasé un buen rato. Es por eso que digo que esta salida ha sido un "fracaso relativo".



El Flamenco Enano es un ave que, en época cría, se reparte en cuatro áreas (tres en África y una en Asia). En el valle del Rif se encientra la población más numerosa e importante, con varios millones de individuos. Se cita como divagante en Marruecos y España, aunque también hay citas en otros países europeos. La mayoría de las citas se consideran que son de aves escapadoas, estas aves son muy frecuentes en zoológicos. Se diferencia del Flamenco Común por su pico y la zona más cercana a los ojos (de color más oscuro) y por el colorido de su plumaje (mucho más intenso que el Flamenco Común). Andy Paterson escribió un interesante "artículo" sobre la procedencia de estos pájaros.

sábado, 18 de julio de 2009

Buitres en Belmez y Córdoba

Belmez, más conocido como Bermé, es un pueblo blanco cordobés de 3.373 habitantes situado sobre la falda de un promontorio calizo sobre el que está edificado su castillo de la Orden militar de Calatrava del que tenemos noticias desde 1245. El entorno donde se encuentra es inmejorable, está situado en el corazón del Valle del Alto Guadiato donde abundan las dehesas que, intercaladas con pequeñas sierras, hacen que éste sea un sitio bastante bueno para ver aves. Todo esto acompañado de buena gastronomía y todavía mejor gente. Hoy nos hemos pasado por allí.



Salimos del pueblo al nada más terminar de comer y cogemos un camino rodeado de dehesas de uso ganadero que nos llevará al paraje de Peñaladrones. El camino lo hacemos en coche a mi pesar, pero es que hace demasiada calor para ir andando. Los preciosos Abejarucos Comunes, Abubillas, Cogujadas Comunes y Montesinas, Alondras Comunes, Mitos, Tórtolas Turcas (por desgracia), Rabilargos... nos amenizan el camino. A medida que avanzamos los Buitres Leonados eran más abundantes, éstos nidifican en la peña de Peñaladrones. Paramos en la base del imponente paredón compuesto por rocas cuarcito-caliza y montamos el telescopio. Aquí hay Águila-azor Perdicera, Alimoche Común, Águila Real... ¡solamente vimos Buitres Leonados y Palomas Bravías! Es lo que tiene ir a los sitios con prisas. Pero bueno, yo disfruté bastante con los vuelos de Buitres Leonados inmaduros y viendo entre las encinas a lo lejos un Ciervo Rojo que no se dio cuenta que estábamos por allí.



A la vuelta, en una charca preparada para que el ganado beba donde había un Ánade Azulón macho ponemos de nuevo los telescopios esperando ver a algunos pajarillos bebiendo. Vemos Jilgueros, Gorriones Comunes y Morunos, Cogujadas Montesinas... para nuestra sorpresa también había algunos Chorlitejos Chicos y Andarríos Chicos.

Salimos pronto y nos vamos a Córdoba (estamos a 70 km.). Allí disfrutamos de sus preciosas calles, el río Guadalquivir, la mezquita... Aunque yo no quería mi padre, que es el que siempre o casi siempre me acompaña, se empeñó que me tenía que hacer una foto con el amigo:



Nos quedamos hasta que anocheció viendo desde un puente en el mismo casco urbano un dormidero de Garcillas Bueyeras. Al ratillo una impresionante nube de Estorninos Negros se quisieron unir al espectáculo con sus típicas e increíbles formaciones que hicieron las delicias de los que estaban paseando por allí.


viernes, 17 de julio de 2009

Buscando el agua en Las Tablas

Hoy nos vamos a el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. La prensa anunció hace ya bastante tiempo la construcción de un trasvase para dar agua a Las Tablas ya que el humedal se encuentra en una situación bastante mala. Nosotros fuimos p'allá buscando ese agua. Cogemos un camino que sale a mano derecha un poco antes de llegar al Centro de Visitantes que nos llevará a la Torre de Prado Ancho y nos acercará a la parte más al N del Parque.

Nos subimos a la Torre de Prado Ancho porque desde allí se domina una buena panorámica del humedal, no obstante no vimos ni una gota de agua. Desde aquí solamente un precioso Cernícalo Vulgar macho y las omnipresentes Urracas. Seguimos el camino con el coche buscando el agua. Son las 17:30, hay una cierta brisa y el cielo está totalmente despejado. A nuestra derecha están Las Tablas (aunque secas) y a nuestra izquierda hay campos de cultivo de secano (cereales y vid). Son muy abundantes las Cogujadas Comunes, Golondrinas Comunes, Urracas y Vencejos Comunes. Las aves que vemos son:

- Alcaudón Común: 1 ind. con plumaje joven posado en uno de los carteles de "Parque Nacional".

- Cigüeña Blanca: 1 ind. volando bastante alto.

- Grajilla: 2 ind. una posada en un cartel de "Parque Nacional" y otra volando.

- Abubilla: 2 ind.

- Alcaraván Común: 2 ind. salieron los dos ejemplares volando a un escaso metro del coche, si no llegan a salir volando no los vemos. Estaban en el borde del camino en un viñedo.

- Paloma Torcaz: 7 ind.

- Ganga Ibérica: 2 ind. volando.

- Cernícalo Vulgar: 5 ind. en ésta ocasión hemos visto bastantes ejemplares y todos ellos, menos uno, eran machos.

- Aguilucho Lagunero Occidental: 1 ind. macho adulto.

- Collalba Gris: 2 ind. moviéndose entre los Tarayes.

- Alcaudón Real: 1 ind.

Cuando ya casi estamos a punto de salir del Parque encontramos el agua, pero esa zona es muy poco accesible y está todo cubierto de vegetación palustre. Lo único que vemos es lo que se muestra en las fotografías y solamente pude oír un Ruiseñor Bastardo. Entre los carrizos había pequeños "caminos" que delataban que hasta allí iban los mamíferos de la zona para beber.


Además vimos una Psammocharus fuscus (Avispa del Camino Común) llevando pa' su madriguera una Ischnocolus valentinus, la tarántula ibérica. La avispa se fue volando, probablemente asustada de nuestra presencia y dejo en la misma entrada de su madriguera el cuerpo difunto de la tarántula, casi tan grande como ella.

Después, ya que estábamos muy cerca de Villarrubia de los Ojos nos fuimos a comprar, aunque sea en "El Día", algo para hacernos un bocadillo. Mientras que nos lo híbamos tomando subimos por un paraje precioso al Balcón de La Mancha y en lo alto, junto a la Ermita de San Cristobal del s. XVI, descansamos desde donde de verdad se puede apreciar lo llano de esta tierra.