lunes, 14 de septiembre de 2009

El vídeo del intento del Mulhacén

Bueno, pues aquí tenéis el vídeo de nuestro intento fallido. Si queréis saber más cosas sobre esta misma salida, no tenéis más que leer el anterior post:

domingo, 13 de septiembre de 2009

Mulhacén por la Vereda de la Estrella

Estoy en mi cama de Manzanares. Me levanto y veo el despertador... ¡nos hemos dormido! No me lo puedo creer (bueno, en realidad sí), despierto a los demás, desayunamos cuatro cosas y cogemos el coche corriendo. Nos esperan cuatro horas de viaje desde Manzanares hasta Capileira, menos mal que son amenizadas con la música de "Canal Fiesta Radio", la radio musical de Andalucía (siempre que bajo de Despeñaperros es lo único que oigo).

Después de cuatro horas cantando en el coche, llegamos a Güéjar-Sierra (1.080 metros), un pueblecito con casas blancas y lleno de cuestas que me quedé con ganas de visitarlo. Cruzamos cuatro calles y nos perdemos, no pasa nada, preguntamos al primero que pase: un tío ya entrado en años con su burro. Localizamos al poco tiempo la carretera que nos llevará al inicio del itinerario gracias a las indicaciones del hombre y creemos que nos hemos equivocado, estamos en una carreterilla muy estrecha y con una impresionante caída por un precipicio a un lado. Hay carteles por todos lados que confirman nuestros temores: "Carretera muy peligrosa".

Seguimos en el coche. En un principio teníamos pensado hacer este camino andando, pero son ya las once de la mañana y deberíamos haber llegado aquí a las ocho, ¡tres horas antes! De esta forma nos ahorramos andar siete kilómetros. Cruzamos varios túneles del antiguo tranvía de Sierra Nevada, que hace años pasaba por donde vamos ahora, y llegamos hasta el Restaurante Chiquito, donde empezamos a andar.

Cuando paséis por aquí fijáos bien en el cielo porque hay varias colonias de Avión Roquero, pero tampodo perdáis de vista el río porque allí os esperan Lavanderas Blancas y Cascadeñas, Petirrojos y otras aves ribereñas.



Hacemos algo más de un kilómetro andando a las orillas del mismo río que desde la carretera veíamos, el río Genil, y llegamos al verdadero inicio de la Vereda de la Estrella. Se trata de un itinerario característico de Sierra Nevada y que seguiremos hasta su fin para luego coger senderillos que nos lleven al techo de la Península Ibérica, el Mulhacén (3.482 m). Ese es nuestro objetivo. Dicen que de las posibles subidas al Mulhacén, ésta es la más dura, y nosotros lo vamos a intentar. Estoy muy motivado y he estado preparando todo esto durante muchas semanas.

Nada más empezar el camino se vuelve un poco pesado, todavía estamos en frío y hay bastantes cuestas que superar, una detrás de otra. Estamos en el Barranco de San Juan y a 1.500 metros de altitud, es decir, todavía nos quedan casi 2.000 metros de desnivel positivo.

Vemos a bastantes senderistas y todos vuelven, hemos llegado muy tarde. Caminamos todo el tiempo al lado de un río que casi apenas lo vemos: el camino pasa por lo alto de un barranco donde está encajonado dicho río y hay mucha vegetación. Aunque eso sí, siempre oímos el agua, aquí los saltos tienen que ser muy abundantes. Luego confirmo con el mapa que sigue tratándose del río Genil.

Al poco tiempo vemos justo en mitad del camino un zurullete de vaca, le clavo un palo en el medio y empezamos a grabar. No me juzguéis mal, estoy acostumbrado a ver boñigas de vaca, pero ésta es enorme y sí, soy un tío muy guarro. Mientras que me graban digo "Esto, en vez de ser un camino de cabras, es un camino de vacas...", ahora que estoy viendo el vídeo me estoy arrepintiendo de decir un chiste tan malo.



Estamos rodeados de una arboleda bien conservada de Fresnos, Castaños, Quejigos, Encinas, Robles y Arces. El camino se vuelve de pronto muy fácil, aunque poco a poco vamos ganando desnivel ahora es prácticamente llano. Aún así vamos muy despacio porque estamos grabando todo lo que encontramos (¡hasta los excrementos de las vacas!). Tardamos mucho tiempo en llegar a "El Abuelo", un castaño centenario que verdaderamente impone.

Aquí nos paramos cinco minutos a descansar y comer algo, me quito la mochila y me encuentro con que tengo la espalda to' sudá por el contacto con la mochila... ¡Y eso que yo nunca suelo sudar mucho! Me la ajusto mejor y nos refrescamos para recuperar el líquido que hemos perdido. Sacamos nuestra comida "súper técnica", un bote de Pringels y unas latas de isotónica de la marca del Mercadona, y una vez hemos cogido fuerzas nos vamos.



A partir de ahora de vez en cuando el camino es cruzado por pequeños arroyos que todavía siguen llevando su poca agua a pesar que ya ha pasado mucho tiempo desde el deshielo de las cumbres. Por aquí revolotean muchas mariposas y yo me quedo embobado con cada una de ellas porque he leído que en Sierra Nevada hay muchas especies endémicas, que sólo se pueden ver aquí. Por mucho que me fijo no logro indentificar ni una, no sé mucho sobre mariposas.

Llegamos a un puente que cruza el río Guarnón, un buen sitio para hacer otra parada. A lo lejos se ve el Veleta (3.394 metros). Nos empezamos a preocupar, la cima no se ve: está totalmente cubierta de nubes. Es la cuarta montaña más alta de España, pero es más conocida por ser la que aparece en la etiqueta de las botellas de Lanjarón. En la cara opuesta a la que estamos viendo es donde voy a esquiar todos los años. Sentados en una roca a la orilla del río nos encontramos con un grupo comiendo, se van pronto y decidimos imitarles. Sacamos nuestros bocadillos y empezamos a zampar.

El cielo cada vez está más nublado y de repente empieza a llover... ¡vaya panorama para subir el Mulhacén! Donde deberíamos ver las cimas de Sierra Nevada sólo vemos nubes. Aceleramos el paso y llegamos a una piedra bastante grande con un agujero bastante expuesto a la intemperie y lleno de mierdas excrementos de vacas, ¿es esto Cueva Secreta? Por suerte nos volvemos a encontrar con el grupo que estaba comiendo en el río y nos informan que no: que todavía nos queda un buen trecho. Ellos van hacia allá y nos ofrecen acoplarnos a su grupo.

El tiempo está muy inestable, empieza y deja de llover cada cinco minutos. Con nuestros nuevos amigos llegamos a la parte más bonita del itinerario. Antes apenas veíamos el río, pero ahora estamos caminando por la misma orilla. Me encantan los ríos y este es muy fotogénico. Hay huellas de cabras, zorros y jabalíes que vendrán todas las noches a beber agua.



Durante todo el camino no habíamos visto casi ningún ave, aquí me paro a cada paso que doy para mirar con los prismáticos. Llego a ver Herrerillo Común, Colirrojo Tizón, Mirlo Acuático, Carbonero Común, Mirlo Común, Lavandera Cascadeña y Acentor Común.

«Mira Pablo, allí tienes unas cuantas cabras», me dice uno de los otros. Las miro con los prismáticos y no me parecen Cabras Montesas, aunque no digo nada. Me alejo un poco del grupo y digo grabándome con el micrófono de la cámara lo que pienso, que más bien parecen Gamos (aunque he visto en el "Atlas de los mamíferos terrestres de España" que por aquí no hay de eso).

Veo a otro del "grupo de los otros" (así es como los llamamos en honor a la serie Lost) coger agua del río con una botella y luego se la bebe.

― ¿No es peligroso beber agua del río?
― Hombre, yo siempre que vengo lo hago y aquí estoy, ¿no?

Otra vez no digo nada. Yo por si acaso prefiero recoger agua de los manantiales que por aquí están por todas partes. Eligo uno en el que cae poca agua, pero gotita a gotita lleno mi botella que ya estaba vacía.


Por fin llegamos a la zona de Cueva Secreta, los otros, con los que nos hemos encontrado, empiezan a montar sus tiendas de campaña. Al ver que no tengo tienda se sorprenden y nos llegan a ofrecer dormir entre tienda y tienda para que no nos pegue tanto el viento, que ahora que se acerca la noche es bastante frío. Incluso algunos me ofrecen dormir dentro de sus tiendas junto a ellos. ¡No, si al final va a ser cierto que la montaña es compañerismo! Opto por la opción de dormir entre tienda y tienda. No quería dormir dentro de las suyas, no hay apenas espacio y no quiero resultar un estorbo para los demás.

Pero la tarde avanza y el sol ya no calienta tanto la atmósfera, comienza a hacer realmente mucho frío. No aguanto más, decido ir a buscar Cueva Secreta para pasar allí la noche a pesar de que nos han contado que aquello está lleno de pulgas y mierdas de animales. Además, el cielo está muy gris, pronto va a empezar a llover.



¡Encuentro Cueva Secreta! Subo una ladera bastante empinada y veo un agujero grande en una roca donde alguien ha escrito con letras en mayúsculas y rojas "Cueva Secreta". Dentro está todo muy oscuro. Con la luz de la frontal veo que todo está, efectivamente, lleno de excrementos de cabra. Al fondo hay un altillo de piedra más o menos liso con un plástico también lleno de excrementos. Allí tenemos que poner los sacos.




Intento dormir fuera, justo al lado de la "puerta" de Cueva Secreta para entrar dentro solo si llueve, pero no hay manera. Al final termino en ese altillo. Os confirmo que el Hotel Palace no es, pero me acostumbré. Ceno poco por si acaso el tiempo nos dejaba subir el Mulhacén al día siguiente (hay que reservar provisiones para la parte más dura) y me voy a la "cama" pronto. Me duermo en seguida pensando en lo cómodo que estarán los otros en sus tiendas de campaña.



Al día siguiente el panorama amanece incluso peor. Solo durante cinco minutos podemos ver las impresionantes caras norte de la Alcazaba y el Mulhacén, que junto con el Veleta conforman los tres gigantes de Sierra Nevada. Toda la cota 3.000 estaba cubierta de nubes que amenazaban tormentas y no nos podíamos arriesgar, si llueve por ahí arriba nieva. Fue entonces cuando tuvimos que tomar la siempre dura decisión de no hacer cumbre, de marcharnos por donde habíamos venido.



Hay que saber abandonar cuando el tiempo no es bueno. Y menos mal que así lo hicimos, al parecer la Guardia Civil estaba evacuando a los senderistas que andaban por las cumbres. Esta temporada se han adelantado un mes las primeras nevadas, al día siguiente muchos periódicos digitales y en algunos informativos dieron la noticia. La página web de la famosa revista de montaña Desnivel, también dio la noticia: Sierra Nevada hace honor a su nombre.